En esta ocasión cambiamos el equipo a una cámara fotográfica, un teleobjetivo de 300mm y una red de difracción colocada delante del objetivo. Con este equipamiento íbamos a poder capturar espectros de estrellas. Los espectros de estrellas nos da información de la temperatura de su superficie y de los elementos químicos que forman parte de la estrella.
Dada la limitación del equipo pasamos por estrellas brillantes de esa tarde noche.
Comenzamos con la estrella Beta And (la segunda estrella más brillante de la constelación de Andrómeda). El espectro capturada por la cámara fotográfica fue el siguiente:
Como la cámara tiene un chip a color, los píxeles se distribuyen en tres colores, rojo, verde y azul. Con ellos se forman todos los colores de la imagen. Si analizamos el espectro con un programa específico se observa como hay una curva para familia de píxeles.
Pasamos a otra estrella, Betelgeuse (en Orión). Se obtuvo el siguiente espectro.
Y si analizamos el espectro vemos como la distribución de brillos cambia a lo largo del espectro.
En este caso hemos unificado las curvas de cada píxel de color en una única curva.
Terminamos con Rigel (Orión) para obtener otro espectro.
Donde podemos observa el espectro (en esta ocasión cada banda diferenciada).
Terminamos pasando por M42, una nebulosa de emisión, para comprobar como la emisión no se hace de forma equilibrada en todo el rango del espectro, sino que la energía se emite mayoritariamente en unas longitudes particulares.
Lamentablemente la espectroscopía a color es llamativa, pero científicamente es poco eficiente ya que el análisis de los espectros se complica bastante.
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